jueves, agosto 12, 2010

La culpa es de la nostalgia


Hace unos 5 días o más llegué de Venezuela. Todavía no he cambiado la hora venezolana en mi reloj. Ayer en la piscina una señora me preguntó que qué hora era y le hice una seña diciendo que el reloj no servía. Ella pensó que era que yo no sabía decir la hora en este idioma y me pidió que le mostrara el reloj, que no hacía falta que hablara. Venía con sus caderas inconmensurables, su mar de pliegues y rollos, haciendo un tsunami en la quietud azul de la piscina. Venía hacia mi dispuesta a torcerme el brazo y mirar la hora en mi reloj. Señora – le dije- este reloj tiene la hora de otro país. Se detuvo y con ella se detuvieron las aguas, las otras madres que se bañaban con sus hijos, los demás niños, mis niños. Mijita – me dijo – ¿por qué no has cambiado la hora todavía? Me la quedé mirando y no respondí nada.

¿Por qué no he cambiado la hora todavía?

Por nostalgia, seguramente.

Por nostalgia me como todos los chocolates que supuestamente traje para regalar. Me los como escondida, para no compartirlos ni siquiera con mis hijos. Por nostalgia me he fajado a cocinar tequeños, arroz con pollo, arepitas de anís, estoy ablandando un arroz para prepara una chicha. Por nostalgia limpio la casa y desempolvo los viejos adornos que estuve a punto de botar en mi último arranque minimalista. Por nostalgia baño a mis hijos en poncheras, teniendo una piscina a pocos metros de la casa.

La vecina se queja de que no me había dejado ver desde que llegué y le hablo de la nostalgia y del jetlag.

En fin: que la nostalgia me vale para cometer todo tipo de atropellos.

Y la nostalgia me vale también para escribir tan poco y tan mal.

Dejo estos link por si tienen ganas de leerme o escucharme en mejores momentos:

En el excelente proyecto "Los superdemocráticos":

Baldosas quebradas, Panóptico punto cero, Las caderas de América.

En el espectacular blog "Cuatro cuentos":

Pistolas de plata.

Y en el mejor programa literario de la historia venezolana pueden escuchar una entrevista que me hicieron. Bueno "escuchar" es un decir, porque la verdad es que soy novata en radio y hablé todo el tiempo mirando a mis interlocutores (dos guapos!!) y no al micrófono (ese no era nada guapo!) Click aquí.

Supongo que la nostalgia también será la excusa para dedicarme al autobombo.

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