miércoles, septiembre 05, 2007

Somos hijos de nuestros hijos


Al parecer hay quienes no distinguen entre la maternidad (o paternidad) filial y la conceptual. Si escriben algo mediocre, lo botan. Si tienen un hijo anormal, también. Así lo hicieron Arthur Miller y Pablo Neruda, como lo cuenta indignado el escritor español Rafael Reig en su blog (si haces click aquí puedes leer el post completo). A mi también me pareció terrible la poca capacidad humana de quienes pretender ser portavoces de la humanidad. Está bien, nadie dijo que un escritor deba ser un dechado de virtudes y buena conducta, pero este par sí que se creían ejemplos de posturas políticas y morales justas. Partiendo de la indignación que le produce el abandono de los hijos de estos dos escritores ultrafamosos, Reig escribe una de las frases más hermosas en cuanto a esa maravilla que son los hijos. Lo cito:

Siempre es así: son los hijos los que educan a los padres, los que nos lo enseñan todo, nacemos de ellos, de ese nudo de cariño que apretamos y que es lo único que nos construye, lo que nos hace, la estambre con la que está tejido nuestro corazón, la argamasa de nuestra vida.

Sólo somos lo que seamos capaces de querer a los demás.

Hijos de nuestros hijos. Por eso somos nuestros propios nietos.

Yo también había pensado en esto de que somos hijos de nuestros hijos. Todos los días aprendo de mis niños, me enseñan a ser mejor persona y a entender el mundo. Mis hijos me guían por caminos de flores y papagayos. Soy de nuevo una niña gracias a mis niños.

Y gracias a Rafael Reig me he dado cuenta que no soy la única chiflada que se siente su propia nieta.