jueves, febrero 18, 2010

La vida en 10 palabras

- ¿Puedes contarme tu vida en 10 palabras?

Contar la vida en 10 palabras: eso es lo que hace Daniel Mordzinski en cada una de sus fotos. Pero eso lo supe luego, en ese momento sólo pensé en cómo podría resumirle mi vida con tan poco. Mientras yo pensaba, él habló mucho. Habló incluso en hebreo. Uno de los hombres que colocaba las fotos de la exposición le preguntaba que quién era ese de apellido Halfon. Y él contaba en perfecto hebreo, explicaba la foto del escritor tirado en un campo de margaritas, mientras yo seguía buscando mis 10 palabras.

- No puedo- le dije finalmente.

Entonces pude verlo: en cada una de sus fotos Mordzinski cuenta la vida de sus personajes en esas 10 palabras que sólo pueden ser capturadas por su cámara. O tal vez fotografía ese momento leve y breve en el que cada quien descubre sus 10 palabras. Microrelatos hechos a fuerza de luz y colores, sombras y claros. Instantáneas con las 10 palabras de la vida de grandes escritores.

Las manos toscas de Miguel Delibes. Edgar Keret volando en los cielos de Tel –aviv. La mirada áspera de una Batia Gur en blanco y negro. Ernesto Sábato detrás de una ventana, hundidos sus ojos melancólicos en un mar de arrugas. Rosa Montero vista de muy cerquita, casi respirada. Wendi Guerra desnuda y con manzana. Bolaño entre las ramas. La sombra de Guillermo Cabrera Infante entre la lejanía y un gato.

Tal vez porque no pude emitir ni una sola palabra que fotografiara mi vida, él tomó su cámara y me puso mirando hacia arriba en un fondo rojo.

Así, de pronto, miró y armó mi historia, como arma cada historia que fotografía, porque Mordzinski fotografía historias. Las arma con lo que lo rodea en el momento, como un arrebato de inspiración, sin guiones. Las cosas que la casualidad pone a su alcance se prestan a lo que él quiere. Yo pude verlo mirando luces y fondos, trayendo unas manos, una cinta métrica, cualquier cosa. Contó mi vida en ese fondo rojo. Se respondió a sí mismo.

Yo también estaba allí de casualidad, como la cinta métrica, las luces, el rojo del fondo. Nadie vaya a creer que fui invitada especialmente a tal privilegio. Y mientras no tenga yo una copia de esas fotos, no sabré las 10 palabras con que Mordzinski contó mi historia.

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